La esclerosis múltiple (EM), también conocida como lupus eritematoso sistémico, es una enfermedad progresiva e incapacitante del sistema nervioso central y el cerebro. En la EM, se produce una respuesta autoinmune anormal en las células nerviosas. Esta respuesta inadecuada desencadena el daño de la mielina, que destruye la vaina de mielina que rodea los nervios del cerebro. Esto afecta la transmisión de impulsos nerviosos desde su cerebro a sus extremidades, causando un dolor debilitante y otros síntomas. La esclerosis múltiple no tiene cura, pero existen varios medicamentos que pueden usarse para retardar o detener la progresión de la enfermedad.
Se cree que la esclerosis múltiple es el resultado de un entorno deficiente que fomenta el desarrollo de ciertos tipos de alergias, sensibilidades y trastornos mentales. Debido a esto, hay muchas personas que sufren de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales junto con síntomas de esclerosis múltiple. Algunas personas con EM experimentan una forma de depresión llamada distimia, que es similar a la depresión menor. Alguien con EM puede sentirse triste un minuto, feliz al siguiente y luego deprimido.
Todavía no hay evidencia que demuestre que las causas de la EM se deben a enfermedades neurológicas como el Parkinson o el Alzheimer. Sin embargo, los científicos han descubierto que la esclerosis múltiple parece estar relacionada con un mayor riesgo de depresión y ansiedad. Este mayor riesgo está relacionado con el daño que tienen los nervios cerebrales en las personas que tienen EM. Debido a estos síntomas, los médicos suelen recetar antidepresivos a pacientes con esclerosis múltiple para ayudarlos a llevar una vida más normal.
Oren Zarif